Longitud de onda: es un color no espectral, por lo que varía según la mezcla de múltiples longitudes de onda, con predominancia de tonos de media longitud.
Etimología: del alemán gris, y éste del holandés grij, que significa anciano o canoso. En el castellano antiguo no se decía gris, sino grisa –en femenino–, ya que sólo se utilizaba en relación con una ardilla, la grisa, de inconfundible pelaje grisáceo.
Nombres o matices de gris: bohemio, ceniciento, ceniza, frío, grisáceo, griseta, marengo, monótono, niste, peciento, perla, plomo, plomizo.
El gris es el color sin fuerza. En él, el noble blanco está ensuciado y el fuerte negro debilitado. Depende mucho más de los colores que lo rodean que de su propio tono. Es neutro y pasivo, simboliza la indecisión y la ausencia de energía, expresa duda y melancolía. Es una fusión de penas y alegrías, del bien y el mal. Psicológicamente es el más difícil de asociar: es demasiado débil para ser masculino, pero también es muy amenazante para ser femenino. No es cálido ni frío. No es espiritual ni material. Es el color sin carácter. Para Lüscher ((LÜSCHER, Max, Test de los colores, Editorial Paidós, 1999, Barcelona – ESPAÑA.)) el gris es encerrarse en sí mismo, es ausencia de compromiso.
El gris es la mediocridad, lo aburrido, la resignación, la pasividad y la humildad. Es el color de la sobriedad y la penitencia; de la piedad y la tristeza. Es el color de todos los sentimientos sombríos, la soledad y el vacío. En la tragedia de Goethe, cuatro “mujeres grises” visitan al viejo Fausto, para llevarlo al otro mundo: estas mujeres son la inquietud, la imperfección, la culpa y la necesidad. Gris es el color de todas las miserias que acaban con la alegría de vivir. Es el color de lo horrible, lo cruel y lo inhumano, de la personalidad cerrada e introvertida.
Simboliza la falta de sentimientos. Es también uno de los colores del duelo, ya que en éste, los colores preferidos no son los luminosos. Es también el color de la vejez, puesto que la edad le pone a todas las personas, el pelo gris. Es además el color de la lejanía indefinida en la que pensamos sin nostalgia. El polvo gris y las grises telarañas son símbolo de lo olvidado y las cenizas de lo destruido. Grises eran las ropas de los huérfanos en los orfanatos y aun hoy es gris la vestimenta de los presos. En alemán una mujer gris es aquélla que no atrae miradas, sin atractivo sexual.
El gris es el color de la pobreza y la modestia, en alemán griseus significa no sólo “gris”, sino también “escaso” e “insignificante”. La vestimenta gris, así como la marrón, estaba hecha en sus inicios, de tela sin teñir. Es además el color de lo barato y lo basto: cualquier material que por lo general sea blanco, cuando es gris, parece menos valioso, por ejemplo el papel reciclado, el cartón gris, la pasta de dientes gris, la harina gris o el plástico gris. El gris es también el color de los hongos, por eso lo asociamos a los malos olores y la basura; es uno de los colores de lo desagradable.
Pero también el gris es el color de la teoría y la reflexión. El entendimiento se localiza en la materia gris del cerebro. Las publicaciones especializadas y las tesis doctorales conforman la “literatura gris”. También es el color de lo secreto y de aquello entre lo permitido y lo castigable. De gris se tiñen los sentimientos que mantenemos en secreto, es el color de la sombra. El gris es uno de los colores de la avaricia y la envidia.
En la naturaleza, el gris puede ser retraído o sugerente de distancia. También recuerda los cielos de invierno, las lluvias, la niebla, las sombras y los días nublados. Las hojas del sauce llorón son grises. El gris es el color del mal tiempo. Quien en verano viste de gris parece estar desganado y triste. En el mundo animal es el color preferido para el camuflaje. Muchos animales son grises, sobre todo, los nocturnos.
Los artistas aprecian el gris. Grisalla es el nombre de una técnica pictórica cuyos colores se reducen a tonos grises. Los artistas distinguen entre “gris cálido”, “gris frío” y “gris neutro”. El gris en pintura, es el color que armoniza con todo lo malo. El cuadro más famoso pintado en tonos de gris es el Guernica (1937), de Pablo Picasso. En el siglo XIX, los tejidos brillantes, los pliegues y colores desaparecieron de la moda masculina que venía de Inglaterra. El traje ideal de diario era, en verano, un moderado gris claro y, en invierno, un moderado gris oscuro.
Sólo el 1% de los hombres nombra al gris como su color favorito, y el 13% lo nombra como el menos apreciado. De las mujeres prácticamente ninguna lo considera su color favorito y para el 14% de ellas es el color menos apreciado. ((HELLER, Eva, Psicología del color, Editorial Gustavo Gili S.A., 2004, Barcelona – ESPAÑA.)) Quien considera al gris como su color favorito o lo rechaza, no piensa en el color mismo, sino en los sentimientos ligados a éste.
Imágenes de jpockele, Kevin Steele, Martin_Heigan, y Libertinus